Hoy se nos fue un valioso pedazo del alma de Maicao. Y por qué no decirlo: se nos fue un ser significativo de la esencia guajira.
Hoy perdimos a un conocedor natural de la historia y cultura de la península, temas sobre los cuales fue también un investigador apasionado.
Tenía sangre wayuu en sus venas, categoría en el espíritu y un orgullo guajiro de los auténticos que sobresalía en su personalidad.
Le dolía hasta en los tuétanos lo malo que le ocurriera a su tierra y a sus gentes.
Pertenecía a la casta Aphausana y ostentaba una elegancia particular que se podía apreciar tanto en este rincón de la frontera como en el altiplano.
Este valioso guajiro que a partir de hoy no está con nosotros, tenía para Maicao un significado muy especial porque no solo nació en esta estepa del desierto, entre los arenales, sino que también venía de las raíces de sus fundadores y fue testigo de primera línea del desarrollo de esta ciudad.
Se nos fue Manuel Palacio Tiller, el abogado, el historiador, el escritor, el caballero integral, el amigo, el primo que siempre vamos a recordar y a clasificar entre los varones valiosos de esta Guajira contemporánea.
Estaba frisando los 80 años, en la plenitud de todas sus facultades, con una producción intelectual envidiable, pero el enemigo invisible se lo llevó.
Con la partida inesperada de Manuel Palacio Tiller, en realidad, uno siente que también se va parte de uno mismo.
Pepe Palacio Coronado
Riohacha, La Guajira
Julio 10 de 2020