El agro, una inversión para la niñez de Colombia

El agro, una inversión para la niñez de Colombia

Daniela Ospina Marulanda 

Para nadie es un secreto que la alimentación de una persona es esencial para su desarrollo. Cada vez se ha creado más consciencia sobre este aspecto y la importancia de la riqueza de la tierra como una gran farmacia, la cual todos debemos cuidar.

La realidad que se vive frente a la alimentación en Colombia se encuentra estrechamente ligada al valor y la relevancia que se le ha dado a lo largo de la historia a los diferentes productos que se cosechan y la manera como se hace. Hoy en día, se ha dejado de valorar lo fundamental y más sencillo, al darle reconocimiento y mayor “valor nutricional” a lo procesado.

Pero ¿cuál es el verdadero impacto del sector agrícola en la nutrición de nuestros niños?

Hoy en día en Colombia encontramos dos escenarios contrastantes acerca de la situación de alimentación en la que vive gran parte de la niñez. Por un lado, al existir un índice de pobreza relevante en el territorio colombiano, más de 50% de familias no cuentan ni con los recursos, ni la información suficiente para alimentar de manera adecuada y saludable a sus hijos.

Su situación económica no les permite brindar a ellos la cantidad necesaria de alimentos o por lo menos nutrientes que deberían injerir al día, llevándolos a un estado de desnutrición, que en varias ocasiones termina hasta con la muerte.

El segundo escenario que se presenta está relacionado con los malos hábitos alimenticios de los menores, lo cual genera el aumento de los índices de sobrepeso, obesidad y problemas de salud.

En Colombia particularmente no se le da la importancia necesaria, ni se cuenta con la educación suficiente para ser conscientes de la importancia que tiene la manera como se producen los alimentos y la calidad de los mismos.

El panorama colombiano es aterrador a la luz de los informes presentados por la FAO y Naciones Unidas, las cuales exponen la urgencia por combatir de inmediato la situación.

Ahora bien, estas dos problemáticas que parecen estar en dos extremos totalmente aislados, se pueden combatir de la misma manera: fortaleciendo el sector agrícola en Colombia, exigiendo como consumidores producciones con buenas prácticas, donde la calidad del producto prime y se logre garantizar la inocuidad a través de la trazabilidad de los alimentos.

El principal punto de partida debe ser la concientización y el reconocimiento del valor que tiene el alimento que se les está brindado a los niños y cómo este afecta en su desarrollo. Se debe fortalecer el sistema productivo del país, generando un cambio en la cultura alimenticia a través del trabajo en toda la cadena de valor desde su producción hasta su consumo.

Facilitando información a la población para que conozcan cuales alimento deben priorizar en la canasta familiar y cuales ayudan a nutrir de una manera adecuada a sus hijos, se logrará acercar de una manera adecuada los alimentos saludables a toda la población.

Es así como al generar políticas públicas que vayan encaminadas a fomentar y educar en la manera en que se debe producir adecuadamente y en el tipo de alimentos que se debe consumir, se podría garantizar que las familias colombianas al adquirir productos agrícolas estarían obteniendo mayores beneficios para su salud.

Al trabajar en fortalecer el sector agrícola se garantizaría una producción de alimentos a la altura de lo que debería ser Colombia, una despensa mundial, que no solo le permita combatir su propia malnutrición, sino que contribuya a la nutrición de la niñez a nivel mundial.