Gustavo Petro y la unidad latinoamericana

Gustavo Petro y la unidad latinoamericana

Con el triunfo electoral de Gustavo Petro y Francia Márquez se dio inicio por primera vez en la historia de nuestra época republicana de un gobierno de izquierda.

Por José Carlos Molina Becerra

Desde antes del inicio de nuestra época republicana (Carta de Jamaica, 6 de septiembre de 1815), cuando el padre de la patria Simón Bolívar, luchaba por la libertad de los pueblos, fue su sueño conformar una unión de repúblicas que nos diera mayor fortaleza para desarrollarnos (Congreso Anfictiónico de Panamá 1826); e incluso, para defendernos de Estados Unidos, que él ya veía como una amenaza para nuestros pueblos (Carta al coronel Patricio Campbell, Ecuador, 5 de agosto de 1829).

Desde esos años, han sido múltiples los intentos de connotados lideres latinoamericanos que han planteado esa anhelada unidad, pero quizás quien mayor esfuerzo realizó en nuestros tiempos, fue sin duda alguna el expresidente venezolano Hugo Rafael Chávez Frías. Chávez, lideró desde el inicio de la década de 2000 con otros presidentes como Néstor Kirchner de Argentina, Luiz Lula Da Silva en Brasil, Rafael Correa en Ecuador y Evo Morales en Bolivia, entre otros presidentes, la conformación de lo que se conoció como el Socialismo del siglo XXI, creando la Unión de Naciones Suramericanas conocida por su sigla UNASUR y un canal de televisión TELESUR, entre otros mecanismos de integración.

A pesar del esfuerzo en tiempo y dinero no fue posible consolidar la unidad. Quizás entre otras razones, porque los Estados Unidos (EE UU), veían como una amenaza el hecho que los procesos políticos nacionalistas reivindicaban el socialismo, muy cercano ideológicamente a la Isla de Cuba presidida por Fidel Castro; por ello, opinan expertos internacionalistas, que el país del norte ha venido realizando todo tipo de estrategias para desestimular la unidad.

Con el triunfo electoral de Gustavo Petro y Francia Márquez se dio inicio por primera vez en la historia de nuestra época republicana de un gobierno de izquierda. O de un gobierno progresista, como prefieren llamarlo muchos, para diferenciarlo de esa línea ideológica radical, que ha caracterizarlo a muchos gobiernos de izquierda. El presidente Gustavo Petro ha venido demostrando un pragmatismo político que le permitió primero en las elecciones, tender puentes y hacer pactos o acuerdos con diferentes sectores sociales para sumar electores. Ahora desde el gobierno, sigue en esa misma dinámica pragmática en la búsqueda de gobernar obedeciendo el mandato popular para el cambio, pero sin atropellar, descalificar y/o desconocer los derechos de los opositores.

Eso ha generado un clima político de relativa tranquilidad y confianza, que le ha posibilitado conformar unas mayorías simple en el congreso para que pueda sacar sus proyectos de ley, que representarán los cambios políticos y sociales que prometió en campaña y que las clases tradicionalmente excluidas esperan.

Con ese sentido práctico, el presidente Gustavo Petro, se viene posicionando como un buen estadista, no sólo en nuestro país, sino en la Patria Grande, nuestra América Latina. El discurso pronunciado en la ONU, donde pidió un cambio en la estrategia de la lucha continental contra las drogas y la defensa del planeta, planteando un proceso de transición para dejar de ir utilizando los combustibles fósiles, que liberan dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global, lo muestra como ese líder continental capaz de convocar esfuerzos colectivos, alejado de las ideologías de izquierdas o derecha, pero sí en defensa de la vida.

Todos soñamos con el día que Latinoamérica tome la decisión que Europa acordó en el año de 1992 por la unidad de sus naciones. Teniendo ellos incluso mayor dificulta por las diferencias de culturas y de idiomas, pero pudo más la necesidad del bienestar de los pueblos, que las diferencias que existían y aún existen.

Si el presidente mantiene su equilibrio pragmático y lejos de los extremos ideológicos que pudiera espantar a los gobiernos de centro, de izquierdas o derechas y mantuviera como él mismo lo dice, la mirada puesta en la política de la vida y no de la muerte, creemos que pudiera iniciarse el proceso con posibilidades de éxitos. Ojalá, sin que estorben en ese propósito las potencias universales.

Aquí habrá que repetir las palabras de nuestro querido Gabriel García Márquez en su discurso de aceptación del nobel de literatura a finales del año de 1982: “América Latina no quiere ni tiene por qué ser un alfil sin albedrío. Ni tiene nada de quimérico que sus designios de independencia y originalidad se conviertan en una aspiración occidental”. Y finaliza con este interrogante: “¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes?”.

Creemos que Gustavo Petro pudiera ser el lider que latinoamerica necesita para alcanzar el sueño de Bolívar.