Lo que me encontré me lleva a creer que efectivamente es mucho más rentable vivir de los subsidios del gobierno y no hacer un esfuerzo para trabajar de manera formal.
Por Luís Alonso Colmenares Rodríguez
En el transcurso de la presente semana estuve en algunos municipios de la región que comprende las sabanas de Sucre y Córdoba, y por las riberas del Magdalena hasta llegar a Magangué.
La primera conclusión a la que llegué andando por esas tierras es que las motocicletas acabaron en todo sentido con los burros como medio de transporte.
La segunda conclusión es que, hablando con la gente, ahora “el que no es chirrete se va a querer volver chirrete” porque el gobierno entregará dinero a los jóvenes para que abandonen bandas criminales y dejen la criminalidad; también a los adultos mayores para reciban una pensión.
Al respecto esa misma gente se preguntaba: “ajá y qué pasa con el joven que está trabajando para ganarse el pan con el sudor de la frente desde la madrugada hasta el anochecer? a ese le va a resultar mejor que deje de trabajar para volverse chirrete, estar más descansado y más tranquilo, esperando que le entreguen un subsidio”. “Esa plata que le giran a los viejitos la cobran los hijos, nietos o sobrinos y se la gastan en vicio”.
Me explicaron que “chirrete” se refiere a las personas viven en la calle o indigentes, que se dedican al consumo de sustancias psicoactivas y al hurto, para el sostenimiento de su vicio.
A partir de esos comentarios me puse a la tarea de investigar cómo es que funcionan los subsidios que entrega el gobierno a mucha gente en Colombia, y lo que me encontré me lleva a creer que efectivamente es mucho más rentable vivir de los subsidios del gobierno y no hacer un esfuerzo para trabajar de manera formal.
Revisando la normatividad vigente me encontré con los siguientes subsidios:
1) Familias en acción. Transferencias de dinero a familias que se encuentran en condición de pobreza y vulnerabilidad, y depende de los menores de edad que haya en la familia.
2) Jóvenes en acción. Giro a jóvenes entre 14 y 28 años para mejorar sus capacidades y oportunidades de movilidad social, condiciones de bienestar y puedan continuar y finalizar sus estudios.
3) Colombia mayor. Subsidio económico para adultos mayores que se encuentran desamparados, no cuentan con una pensión, o viven en la extrema pobreza.
4) Mi casa ya. Subsidio para compra de vivienda de interés social a las personas que ganen entre dos y cuatro salarios mínimos legales vigentes.
5) Familias guardabosques. Incentivo económico a las familias, condicionado que asuman el compromiso de erradicar cultivos ilícitos en sus veredas y fincas, y de no resembrar ilícitos.
6) Gratuidad en la matrícula. Subsidio del valor total de la matrícula de pregrado a jóvenes de estratos 1,2 y 3 en universidad pública.
7) Subsidio a la gasolina. Subsidio que reduce el precio de los combustibles para que las variaciones en el valor internacional del petróleo no se transfieran directamente a los consumidores.
8) Régimen subsidiado en salud. Mecanismo con el cual la población sin capacidad de pago tiene acceso a los servicios de salud a través de un subsidio que entrega el Estado mediante la aplicación de la encuesta del Sistema de Selección de Beneficiarios (SISBEN).
Durante la vigencia del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica derivada del COVID-19 se otorgaron otros subsidios.
1) Apoyo al empleo formal (PAEF). Subsidio directo a Personas Jurídicas, Naturales, Consorcios, Entidad sin Ánimo de Lucro, Uniones Temporales y Patrimonios Autónomos para el pago de nómina.
2) Ingreso solidario. Apoyo económico a hogares en condición de pobreza, para mitigar los impactos causados.
3) Subsidio de desempleo. Pago de una cuota monetaria a extrabajadores dependientes o independientes, en las mismas condiciones del último vínculo laboral, incluyendo aportes a salud y pensión.
4) Bono de alimentación estudiantil. Complemento alimentario para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes matriculados en el sector oficial para consumo o preparación en casa.
En esas condiciones creo que el gobierno debe revisar esa repartidera de plata a diestra y siniestra, y más bien considerar la necesidad de llevar a cabo políticas efectivas que conduzcan a la creación de fuentes de trabajo y programas efectivos de bienestar.
Y como dijo el filósofo de La Junta: Se las dejo ahí...