De los Olímpicos de Rio 2016 a los Panamericanos Junior, un recorrido voluntario

De los Olímpicos de Rio 2016 a los Panamericanos Junior, un recorrido voluntario

Durante los Panamericanos Junior, la capital vallecaucana se ha convertido en un espacio cosmopolita alrededor del deporte. Atletas, entrenadores, jueces, médicos y periodistas de 41 naciones del continente americano conviven en escenarios deportivos y en espacios sociales y culturales con la compañía de otros actores adicionales, esenciales para el correcto desarrollo de los Juegos: los voluntarios.

De los más de 3.000 que apoyan toda la operación en Cali y las subsedes de Buga, Yumbo, Jamundí, Calima, Palmira y Barranquilla, en el Centro Principal de Prensa de la organización, Antonio José Santos de Vasconcelos, un brasileño con experiencia de voluntariado en los Juegos Olímpicos de Rio 2016, brilla por su entusiasmo y motivación al servicio del deporte, la asistencia y la cooperación.

Nacido en la ciudad de Fortaleza hace 35 años, es aficionado al equipo de fútbol de su barrio, Fortaleza Esporte Club y, además, vive enamorado y tentado por la posibilidad de viajar por el mundo con el deporte como excusa. “El espíritu de ayudar a las personas de la organización del evento me motiva a ir en busca de nuevas aventuras. Además, la oportunidad de poder conocer nuevas personas y aprender otros idiomas, me parece fascinante”, cuenta emocionado.

Sobre su experiencia como voluntario en el máximo evento olímpico vivido hace cinco años en Rio, recuerda que gracias a la cercanía que lograba con los deportistas de alto rendimiento por su labor como asistente de competición para los atletas en el Estadio Olímpico Nilton Santos, su interés en la cooperación de eventos deportivos incrementó.

Y sobre la oportunidad de vivir un voluntariado en Colombia, el brasileño que llegó al país desde el 20 de noviembre, siente que “a pesar de estar distantes Fortaleza y Cali, se decidió venir porque de entrada se sabía que iba a ser una experiencia increíble”.

“Poder conocer atletas de diferentes países y entender sus culturas me parece una oportunidad única”, relata con la emoción propia de un niño en un parque de diversiones. Y es que servir para Antonio es eso, es pasión pura.