El discurso de Petro en la ONU, un discurso edificante

El discurso de Petro en la ONU, un discurso edificante

La guerra contra las drogas ha fracasado, la lucha contra la crisis climática ha fracasado. Es un secreto a voces, pero era necesario decirlo, gritarlo a todo pulmón. En su alocución sentí mi voto resarcido.

Por Alberto Palmarrosa Inciarte

El martes 20 de septiembre, hacia las 10:40 (9:40 a.m. hora colombiana), el primer mandatario de Colombia, Gustavo Petro Urrego, intervino ante el plenario de la 770 Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), indiscutiblemente una alocución que trascendió los problemas domésticos de su país; abordó, inteligentemente, y con conocimiento de causa, los problemas de Colombia, América Latina y el Planeta, y su relación con la acción degradante de los que señaló como ustedes, ustedes en otro contexto es el imperialismo norteaméricano, La américa anglosajona, apuntó en especial. Dijo palabras sabias, evocadas en interrogantes certeros, preguntó: Quién nos lleva a la destrucción de ahogar la vida, quien nos lleva a la destrucción como nación y como pueblo?

Entiendo a la perfección los ideales políticos de Petro, pero, pudo más la fuerza de los hechos que nos envuelven en América Latina; su discurso, expresado en un tono conciliador, llamando a la reflexión de quienes tienen una naturaleza expoliadora no deja de ser una pieza urticante para el agresor imperialista.

Enver Hoxa, quien fuera dirigente y presidente albanés, quien albergaba sueños loables con su pueblo y su país, dijo del imperialismo norteamericano: “El imperialismo norteamericano y los otros estados capitalistas han luchado y luchan por conservar su hegemonía en el mundo…Han hecho y hacen esfuerzos por impedir que los pueblos y el proletariado hagan realidad sus aspiraciones revolucionarias, liberadoras.”1 

Agradecido estaría el botánico Alemán, Alexander von Humboldt, por la brillante y científica defensa de la mata que no mata, que da vida, como la Coca, develó Petro, un tema todavía prohibido por la hipocresía burguesa, y más, en ese escenario. Nuestras selvas han sido y son objeto depredado por el capital, la Amazonía enferma ve extinguirse su natural papel de esponja del gas carbónico para preservar la humanidad.

Necesitamos defender la naturaleza, para ello una sociedad que eleve su función excepcional, a planificar para su preservación, un mundo totalmente sano, donde el hombre trabaje por el bien del hombre en general. Certeramente les espetó Petro: Para ustedes, mi país no les interesa sino para arrojarle veneno a sus selvas, llevarse a sus hombres a la cárcel, y arrojar a sus mujeres a la exclusión, no les interesa la educación del niño. Hipócritas, para ocultar los desastres de su propia sociedad, la culpa es de su sociedad.  En su libro Introducción a la naturaleza, Federico Engels, nos decía: ”Darwin no sospechaba que sátira tan amarga escribía de los hombres, y en particular de sus compatriotas, cuando demostró que la libre concurrencia, la lucha por la existencia celebrada por los economistas como la realización histórica, era el estado normal del mundo animal. 2

Las cosas del poder mundial, cosas de la injusticia y la irracionalidad, la culpa no es del mercado que recorta la existencia?; les afirmaba con marcado énfasis, señalándole el daño irreparable de muertes y precariedad que deja en su camino,  el mercado que Adan Smith, que sin recato y sin pudor, escondió la infamia y esa injusticia, achacándole a una mano invisible (leyes, balas, bombas, misiles, etc) el comportamiento de los mercados, dominado por los monopolios y las trasnacionales; donde no tienen espacios los individuos emprendedores, los mercados no entienden de democracia. ¡Imponen¡

El mercado nos salvará de lo que el mismo mercado ha creado?, el frankesntein de la humanidad, está en dejar actuar el mercado y la codicia. No exageraba Petro, el mercado arroja a la muerte sin compasión alguna a los obreros, campesinos, al pueblo que explota, no en vano otro gran líder del proletariado mundial –Lenin- planteaba lo siguiente: “Los lamentos sobre el hundimiento de nuestra industria no son más que una maniobra, mal disimulada , de nuestros capitalistas, que ejercen así presión en la política, identifican (en la modesta comprensión de su impotencia) los intereses de su bolsillo, con los intereses del país y resultan capaces de empujar al gobierno al camino de política de conquista colonial, y de arrastrarlo incluso a la guerra…”3 No es casual, las guerras de las drogas es una guerra neocolonial, de mantener mercados con la muerte. “Y al imperialismo no le interesa más que asegurarle el mercado a las mercancías y el capital a sus trasnacionales y especuladores financieros, la propaganda sucia contra los países nacionalistas y progresistas se reduce a la pérdida del mercado”4

He encontrado a petristas en sobrados escenarios, negar, algo que su jefe Petro, no escatimó  en aludir sin vacilación: La causa del desastre climático es el capital, dijo; quien busque otras razones está extraviado en la maraña del oscurantismo “piadoso”, no se percata del acantilado social del capitalismo que nos expone al precipicio. Habló de la Adición al dinero, que es el capital, que se obtiene estrujando el bolsillo de los obreros. La ampliación acumulada del capital es una acumulación ampliada de la muerte. Carlos Marx, escribió “… el aumento absoluto del capital va unida a la disminución absoluta del capital variable o de la fuerza de trabajo absorbida por el.”5  El capital es, a todas luces eso, un tranvía de la muerte, un desecho permanente de hombres y mujeres, que si no van atado a la reproducción del capital, a la acumulación del capital, su función social para el capital es totalmente ignorada. Si, amigo Petro, la lógica de relacionarnos para consumir cada vez más, para producir cada vez más y para que algunos pocos ganen cada vez más. Usted preguntó: para que sirve la Otan y los imperios? Precisamente para eso, para la acumulación del capital.

La guerra contra las drogas ha fracasado, la lucha contra la crisis climática ha fracasado. Es un secreto a voces, pero era necesario decirlo, gritarlo a todo pulmón. En su alocución sentí mi voto resarcido.

Detenga entonces, amigo Petro, las extradiciones, para ser verdaderamente racional y congruente con su discurso.

La deuda externa, empiece a posponer su pago y dedíquelo a la salud y la educación.

Disminuya casi a la mitad el presupuesto dedicado a la guerra en consonancia con la paz con justicia social.

Intervenga, o intervengamos los negocios del agua, privatizada en casi todos nuestros municipios, la privatización del agua mata a miles de niño por no tener acceso a ese vital líquido.

Intervenga usted, o intervengamos los proyectos energéticos eólicos y solares en la Alta Guajira, para darle una función social digna a la empobrecida etnia wayuu; así, no lloraremos más nuestros niños y combatiremos la adición irracional a la ganancia como usted certeramente acota.

Les invito a escuchar el discurso del presidente Gustavo Petro: https://www.youtube.com/watch?v=1T46oAkrydg

1 Enver Hoxa. El imperialismo y la revolución.

2. Federico Engels. Introducción a la dialéctica de la naturaleza.

3. Lenin. Acerca de la llamada cuestión de los mercados.

4. Alberto Palmarrosa Inciarte. Una mirada filosófica a la crisis económica.

5. Carlos Marx. El Capital. Tomo I.